martes, 2 de octubre de 2018

Tofy mi amado perro.

Fiel compañero y apoyo.

Cuanto te recuerdo mi cuidador, mi trasporte a la escuela, confidente de mi vida.

Era un san-bernardo no les diré que puro pero si de gran tamaño ya que a mis 5 años me subía en el como caballo, me sentía seguro y algunos de los que fueron mis compañeros lo recuerdan.

Me mandaban al inicio a la escuelita de la niña Chusita Serrano que en ese tiempo se encontraba en la 3 calle poniente donde es el trasfondo del Super Selectos del Centro cerca del teatro de Santa Ana.

En la casa estaba un empleado de la familia llamado Eligio que era un empleado heredado de mis abuelos maternos que al morir ellos continuó con nosotros hasta su muerte, Tofy esperaba que entrara a la escuela y regresaba a la casa y a las 11 am estaba esperando para llevarme a la casa, por lo que dejó de acompañarnos Eligio.

Con el tiempo desarrollo una tumoración en el cuello, no habían Veterinarios así que a mi papá le dio miedo operarlo, este se le ulceró y presentaba hoy se que era un quiste sebaseo y la lesión era un granuloma sencillo de operar.

Se mantenía siempre en la puerta de la casa no al lado donde se vendía la fruta y la leña en la entrada principal las personas entraban a la casa por la tienda.

Tenía la maña de perseguir a los carros, ciclista los que no pasaban en nuestra calle, 3 Av. S. otros que detestaba eran a los borrachos, por lo que mi papá no había semana que no pagara un pantalón y su propina, me imagino que muchos lo hacían para tener nuevo pantalón y dinero para chupar; carros los perseguía hasta 3 cuadras e iba ladrando a la par, no le pudimos quitar la manía.

Colorin colorado esta historia ha terminado, me monto en un potro para que me cuenten otro.

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