lunes, 27 de junio de 2016

La madre conoce a sus hijos.

Hace mucho tiempo un buen día ni madre me vio venir de la tienda de mi tía y sabía perfectamente lo que yo estaba haciendo, me prohibían tomar helados por padecer de amigdalitis frecuentes, pero los helados de mi tía eran espectaculares, aún siento su sabor cuando los recuerdo y bien valían una buena regañada, sabía como los hacía y recuerdo sus ingredientes: Leche de vaca semi-descremada, vainilla obscura, azúcar al gusto, una lasca de canela hervirlos y batirlos bien y luego colocarlos en una cazuela para hielo, dejarlos enfriar y luego congelar, así sacarlos de la cubeta y comprarlos, envueltos en papel manila.

Ella sabía lo que había hecho pero quiso darme una lección, ¿De donde venís? de la tienda de mi tía, ¿Que compraste? mi crema soda y mi pedazo de queso duro-blandito, otras de las delicias de la infancia, ella sabía que el la bolsa de mi pantalón algo llevaba, pienso que si sabía que eran los helados y con el calor del cuerpo los helados comenzaron a derretirse y su líquido llegó a mis zapatos.

Con ironía me dijo cochino te has orinado en el pantalón, báñate y cámbiate no seas mentiroso, eso confirmó mi sospecha el engañado fui yo.

Colorin colorado este cuento se ha acabado. 

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