Esto que les cuento fue antes de ser estudiante de medicina, uno de los negocios de mi papá era engordar ganado el cual procedía del oriente del país o de Honduras, lo compraba al final de la estación seca y se vendía al final de la estación de lluvia, una de las formas para acelerar el engorde es la castración de los machos estos son mas baratos que las hembras que son las encargadas de dar nuevas cías y con toro completo puede hacer producir a 100 vacas.
Pero lo cierto es que en una ocasión teníamos como 100 machos y lo ideal es hacer el trabajo en un solo día, mi papá me dijo te voy a ensañar a castrar, este es el mango del bisturí y estas las hojas, se colocan así, no tengas miedo si están correctamente atados.
Se agarran los huevos del toro y se corta la piel, con el lomo del bisturí se diseca buscando la ternilla, se separa y se sigue la cuerda (cordón espermático) lo mas arriba que se pueda y se corta, extraes el huevo y cortas la ternilla, luego le das vuelta y haces el mismo procedimiento con el otro, algunos lo hacen por el mismo lado pero se tarda mas y el chance de infección es mayor, luego lo curas con desinfectante lo sueltas y y a rogar a Dios que no se infecten, lo cierto que no se infecto ninguno, comenzamos como a las 7 am y a la 1 pm habíamos terminado.
Luego viene lo bueno se echaron las criadillas en una olla con agua, sal, pimienta, epazote, Chile dulce cebolla y tomate hirvieron y nos sentamos los campista y nosotros a comer una de las sopas mas rica que he tomado.
Colorin colorado este cuento se ha acabado.
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