viernes, 6 de enero de 2017

La Nigua

Esta anécdota me la contó mi papá.

Cuando entré al hospital un bien día me contó la siguiente anécdota un colega que cuando se graduó de médico su hijo decidió tomarse unas vacaciones, ya tenía a una persona de confianza, que no le robaría su clientela y que poco a poco se fuera incorporado a sus pacientes.

El primero que se presentó era un hacendado muy adinerado y que era cliente asiduo del padre lo examino y encontró que lo que adolecía era de punga penetrans y según su diagnostico procedió a hacer el tratamiento correcto, el señor se curó de su dolencia crónica, los conocimientos del joven medico eran buenos mejor que el padre.

Cuando regresó el colega el hijo le reclama papá no hiciste el diagnostico de una tunga penetrans o sea las niguas, yo se la saque y asunto concluido. Que hiciste baboso que no ves que ese es el enfermo que cono lo que me pagó te pude costear la carrera y era mi jubilación.

Jocosa historia pero para las personas de hoy no conocen la enfermedad ya que en mi niñez era frecuente y los que la padecían eran muchos, esta pulga de la piel penetra la epidermis y se trata de una cabeza unida a una bolsa de líquidos llena de huevos, con una aguja de prende a la cabeza y se extrae el cuerpo completo, con lo que el paciente cura al ceder la infección secundaria y la reacción inflamatoria.

Antes era muy frecuente hoy no por las siguientes causas el uso de calzado y la convivencia con cerdos que son la principal fuente de infección ellos dejan los huevos en el suelo y al pisarlo con los pies descalzos penetran en la piel.

Esta historia no es muy ética ni moral pero una jocosa anécdota, se acabuche lame-me el buche.  

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