sábado, 16 de abril de 2016

El velorio

Esta es una historia de mi papá el nació y sus primeros años vivió el Limo cantón del municipio de Metapán en el Departamento de Santa Ana, creado al aire libre sin usar calzado, participando en labores agrícolas, una vez lo mandaron a Metapán a hacer un mandado, así que salía como a las 4 am para llegar a desayunar en casa de sus abuelos.

La violencia no se conocía y los asesinatos eran por rencías personales, herencias o cuitas amorosas en todos los casos siempre estaba el facilitador que es el alcohol la saña u la maldad con hoy vemos ni por sueños, pero como todo macho tomó su cuto se encomendó a Dios y al camino, cuando se inicia la penumbra de la madrugada ve claramente a una persona tendida con 4 candelas como se disponen en las velas, raro no había mas personas, se hinco y pidió por el alma del muerto, sus canillas se negaban a dar pasos y entró en pánico. No se atrevía a gritar el me cuenta que fueron lo mas probable minutos pero sintió una eternidad.

Cual no sería su susto de pronto las candelas la sabana que cubría al difunto se levanta y se trataba de un caballo tardío que se había acostado panza arriba, en encantaba que me lo contara y lo hacía para que yo no tuviera miedo que buscase una explicación lógica de lo que veía.

Colorín colorado este cuento ha terminado. Me monto en un potro para que me cuenten otro.

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