Resulta que un buen día se encuentra dos hombres a la orilla de un río en bello lugar con una frondosa vegetación con muchos helechos bejucos y leas silvestres y el sonido de agua que corre desde su origen hacia el gran río, al mediodía con el sol candente pero que la vegetación los protege.
-Di-ay amigo que anda haciendo.
--Penas de esta ingrata vida entre lagrimas y suspiros.
-¿Cual es su pena?
--Tengo 3 días de estar sufriendo, nos estábamos bañando en el río mi esposa y yo mi esposa se deslizo cae en una poza honda y no la vi salir.
-Pero amigo lo mas probable es que la corriente del río a arrastre.
--Amigo la he amado tanto que creo que sin ella no podré vivir.
-Insisto que la busque río abajo.
--Usted no la conoce yo después de 30 años de convivir la conozco perfectamente y se como es.
-Amigo usted va contra la lógica.
--La lógica es que vaya río arriba.
-Difícil que así sea.
--Es tan necia que de seguro por llevar la contraria agarro río arriba.
Se acabuche lambeme el buche me monto en un potro para que me cuenten otro.
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