Este cuento es un bello recuerdo de lo que para mí fue un gran paso, salí de mi escuela privada de la niña Chusita Serrano y comencé los estudios de primaria que eran hasta el sexto grado, con un gran entusiasmo ya podía irme solo al colegio que la distancia era corta 7 cuadras para ser exactos y con la alegría de irnos juntando con los compañeros, me sentía todo un hombre y muchos de mis compañeros eran nuevos y lo mas raro habían repetidores. Hoy con los nuevos sistemas esto ya no se presentan lo que ha mi juicio ha fomentado la pereza, haraganería y deficiencia de conocimientos, no encontramos con estudiantes que suman con los dedos, no saben las reglas matemáticas básicas, si no tienen calculadora son un fracaso, lo peor han perdido la capacidad de memorizar y algunos hasta la de leer.
Resulta que el profesor era un joven como de 18 años, debo decir que es el único que aún está vivo y nos encontramos con frecuencia, hombre admirable que tenía una capacidad respiratoria increíble es el único que he visto atavezarse la piscina de Apantéos bajo de agua en 4 veces 400 metros y salir sin cansancio.
Creo que el es un maestro pues supo desarrollar en sus alumnos la imaginación al contarnos historias fantásticas de un ratoncito que lo dibujaba en una moto con casco, lentes protectores, chumpa grandes bigotes y una larga y estilizada cola, que las dibujaba en el pizarón, como las goce.
No recuerdo que castigara a ninguno y siempre estaba sonriente. gracias don Alfredito por despertar mi imaginación.
Colorin Colorado este cuento se ha acabado.
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