Como podemos reaccionar en forma diferente ante un mismo hecho pero lo mejor es siempre pensar cono salir adelante, mejor dicho como poder conservar la vida.
Poco tiempo después de el 10 de enero de 1970, de entre los matorrales sale un individuo con un fusil y me apunta venia en un WW saliendo de mi casa y me dirigía hacia mi clínica que era en el centro de Santa Ana, desde donde me apuntaba el tipo y como salía de un alto pude parar el auto, iba solo así que solo temía por mi vida, pero siempre pensando en mi familia que en ese tiempo eran 2 hijos, pensé a esa distancia con este auto no alcanzaré a lo sumo 40 Km por hora, le da tiempo para apartarse y luego acabarme, el muchacho me hizo señas para que me acercara, no le hice caso y ne apunta nuevamente, me acerque y me dijo que si los podía transportar al otro extremo de la ciudad, le dije que con gusto pero que tenían que hacer lo que les decía, eran 3 iban uno a la par mía y 2 atrás, les dije escondan sus armas y si nos para un reten yo voy a hablar estuvieron de acuerdo y así lo hicieron, sabía que muchos policías me conocían ya que era director local de salud y la policía era vecina de mi sede la U de S TPM fue la primera vez que presenten temblor de canillas me imagino que de miedo o tensión emocional.
Gracias a Dios no encontramos retenes y llegamos al destino que deseaban, se bajaron y me dieron las gracias.
Cuando llegue a mi casa le conté lo sucedido a mi esposa quien no me creyó mi aventura ya que se lo conté en medio de la risa que era de 2 cosas de nervios y de alegría de estar vivo.
El sitio donde los dejé fue en la finiquita de las hermanas de la caridad del colegio la Asunción escuela de las niñas mas acomodadas de la ciudad.
Ni sorpresa es que a los días en ese sitio hubo un enfrentamiento armado en el que murieron los jóvenes que transporté, por eso no se si reír o llorar cuando lo recuerdo.
Colorin colorado este cuento ha terminado.
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