domingo, 18 de septiembre de 2016

La segunda vez que mi papá me pegó

Siempre consideré que me la tenía bien merecida y que su deber era corregirme, me dolió pero aprendí una lección, no abusar de la paciencia de los mayores, pero además no colmar la paciencia, de el creo que fueron 3 veces que usó el castigo físico pero en todas siempre colme su paciencia, no le dejé alternativa, a pesar que su temperamento era colérico, gritaba y parecía que golpearía pero su agresión era para si, en una ocasión afirmó que el último poco de pelo se lo arrancó en una cólera.

Recuerdo muy bien la época del año porque la situación fue la siguiente era su costumbre que para diciembre por las noches no importando lo cansado de su día íbamos a ver nacimientos y vitrinas, con las vitrinas nos dábamos cuenta de los juguetes nuevos pero los nacimientos era otra cosa ya que es un folklor que hasta la fecha continua en Santa Ana, eran famosos los nacimientos de: la Salomé Espinosa, la niña Aurelia Durán, la Niña Yoya Rodríguez,la Niña Mila Castro, uno de movimiento que siempre nos asustaba ya que de pronto del techo salía un mico, cada una de las iglesias tenía su propio nacimiento y competían entre ellas, era imposible verlos en una sola noche así que hacíamos rutas, mi mamá no nos acompañaba ya que cuidaba el nacimiento de la casa.

Ese día como a las 11 pm quería ir a ver el nacimiento de la niña Mila Castro, mis hermanos Ana Julia y Simón se habían dormido, como no lo hicimos al llegar a la casa agarre a patadas un carrito y lo destruí, se sacó el cincho y me dió 5 cinchazos. Llore pero entendí la lección.

Colorin colorado este cuento ha terminado.  

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