viernes, 2 de septiembre de 2016

Tata Dicurión

 Esta es una historia verdadera pero para entenderla debemos situarnos en el tiempo 1870 y así se le decían al maestro de una escuela de Suchitoto que fue una de los primeros asentamientos de los Españoles, Ladinos o mestizos, entendamos que para ellos entender la lluvia, los rayos en las tormentas eran cosas ocultas y muy misteriosas así que los que enseñaban usaron su imaginación, enseñando ilusiones o las explicaciones que ellos le daban a los fenómenos naturales.

Cuenta mi abuelo que él les decía que cuando esto sucedía era porque él parado en una silla sacaba su sable de acero de toledo y lo blandía frente a la luz de la cocina y el reflejo que este producía era el fogonazo en el cielo y que al bajarlo topaba con las cacerolas lo que producián el trueno.

En esa época Benjamin Franklin recién descubre el pararrayo, se alumbraban con candil o candelas, el queroseno no se conocía, mucho menos el cine la televisión, a mi me encantaba cuando mi mamá me contaba esa historia y lo hacía para que no fuera mentiroso que lo sigo siendo.

Se acabuche lanvene el buche. 

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